jueves, 22 de noviembre de 2007

MUJER INDIGENA



Llegamos a la conclusión de que la guerra cambia la cultura, el horario y nuestros rituales y costumbres. Las mujeres comenzaron a sentirse muy temerosas y con miedo a ser violadas y entonces los hombres no podían ya ir a trabajar al campo por cuidar a sus mujeres y a sus niños. Sin embargo, decidimos que nos quedaríamos a resistir frente a la guerra...
ABADIO GREEN

Resumen: El artículo propone una reflexión sobre la situación de las mujeres indígenas colombianas en el contexto del conflicto armado interno que afecta al país, el avance en su condición y posición con respecto de sus organizaciones y comunidades, y el debate sobre la pertinencia de usar el género como una categoría cognitiva adecuada a situación cultural particular. Es una contribución a la documentación de la grave situación que padecen las mujeres indígenas por el aumento de la discriminación de género y la violación de derechos, que evidencia cómo en momentos de crisis y conflicto, si bien aumentan las dificultades y limitaciones para el ejercicio de todo tipo de derechos, también se desencadena la conciencia de asumirse como sujetos de derechos, pues reconoce que las guerras han sido procesos de acción colectiva desencadenantes indirectos o directos de modificaciones en las relaciones de ciudadanía.

Palabras clave: mujer, indígena, género, discriminación, conflicto.

ABSTRAC

In this document you will find solid interpretation of the situation of indian women in the context of the armed struggle going on in Colombia. It points out the increasing importance of indian women in their communiies and in the leadrship of indian social organizations. Nevertheless they continue being discriminated in society, in their own communities and even in the ranks of the Indian Movement. This essay also discusses the impotance of using Gender as an adequate cognitive category for analising particuar cultural situations.

This document is a contribution to the literature about the danger and risks for women due to incrising discrimination and violation of human rights. It evidences the emergence of rights consciousness in times of crises, despite incrising limitatios and difficulties. Wars have been colective processes which, directly and indirectly, have produced changes in the realm of citizenship.

Lea el documento completo

[1] Comunicadora Social, Especialista en Gobierno Municipal. Investigadora y Coordinadora de Proyectos de la Fundación Hemera.
[2] Entidad especializada en el acompañamiento a procesos de vida de las etnias indígenas, desde una perspectiva de derechos y diálogo intercultural, a través de iniciativas de formación, comunicación e información (www.etniasdecolombia.org , Periódico Virtual Actualidad Étnica).

Bogotá - Colombia
Junio 8 de 2004

Victoria Neuta, Coordinadora Área Mujer y Cultura –ONIC-

Para que nuestra voz no se pierda con el ruido de las armas, les manifestamos que estamos y permaneceremos en nuestros territorios, resistiendo con imaginación y paciencia, la angustia que se vive cada día en las comunidades por la incertidumbre de la guerra y de los proyectos ajenos a los Pueblos Indígenas. Estos hechos siguen aumentando el sufrimiento, marginalidad y desplazamiento interno y silencioso de nuestras familias, compañeros y hermanos.

Las Mujeres indígenas queremos aportar a las luchas del movimiento indígena desde nuestro pensar y sentir decimos que:

Unidad

Para estar al lado de nuestros pueblos y compañeros en la lucha por el reconocimiento de nuestros derechos; para oponernos a las fumigaciones de los llamados cultivos ilícitos que afectan nuestros territorios, cultivos y salud; para evitar el reclutamiento forzado de nuestros hijos, hermanos y hermanas.

Territorio

Para vivir y compartir con nuestros hijos y compañeros. Para mantener nuestra relación con la naturaleza y sus espíritus. Hoy en día enfrentamos el terrible problema del desplazamiento forzado, bien sea a otras comunidades indígenas o a centros urbanos. En los dos casos nuestra situación es muy difícil y particular. Si es un desplazamiento interno se presentan problemas por que estamos rompiendo con el equilibrio de nuestros ecosistemas. Si es a centros urbanos se complica un poco más, ya que la mayoría de nuestras compañeras no saben muy bien el español, se asustan de la inmensidad de la ciudad, del anonimato y de la falta de solidaridad de sus habitantes, nos mata el recuerdo de nuestros montes y selvas y de sus sonidos. Nos enfrentamos a nuevos problemas para criar a nuestros hijos y relacionarnos con nuestros compañeros, por no ser la ciudad nuestro medio habitual. Nos persiguen las imágenes de nuestra angustia cuando tuvimos que salir corriendo con lo poco que teníamos o podíamos cargar para hacerle quite a la muerte y desolación y en medio de esta angustia quedarnos a cargo de la familia por la desaparición de nuestros compañeros.

Cultura

Para ser culturas vivas, para tener identidad como pueblos, para ser familia. En fin, para ser mujer.

Autonomía

Para fortalecer el gobierno de nuestros pueblos y participar en sus decisiones sobre su presente y el futuro.

Para ello, nos hemos tomado el derecho a la palabra que ha sido usurpada por otros que nos han querido imponer sus políticas. Hemos reclamado nuestra palabra para ser escuchadas con nuestras propias ideas y corazón. Para definir acciones a favor de nuestras hermanas indígenas. Para que nos fortalezcamos con el conocimiento histórico de nuestros pueblos y gobierno propio.

Tal vez por ello estaremos en los rezos, ceremonias, manifestaciones y en términos generales, en la resistencia y luchas hombro a hombro con nuestros compañeros para enfrentar decididamente las consecuencias de las políticas de los gobiernos de nuestro país, como la extrema pobreza que se acrecienta por la decisión de estos gobernantes de apostarle todo a la guerra y nada a la paz; por asumir los dictados de los grandes centros de poder que solo les interesa imponer el Tratado de Libre Comercio a través de planes como el Plan Puebla Panamá (PPP); el ALCA, el Plan Colombia e Iniciativa de las Américas.

Por lo tanto, nos seguiremos oponiendo fuertemente a los proyectos y políticas nacionales e internacionales que estén en contra de los intereses de nuestros pueblos y demás oprimidos. Desde nuestras sabidurías y con nuestros dioses y espíritus les enfrentaremos.

UBICACION GEOGRAFICA


El territorio de los muiscas abarcaba las cuencas y valles del río Bogotá hasta Ten; del río Negro hasta Quetame, el Guavio hasta Gachalá, de Garagoa hasta Somondoco, de Chicamocha hasta Soatá y del río Suárez hasta Vélez. No existe un acuerdo sobre cifras de población, pero los conquistadores son enfáticos en destacar la multitud de los indígenas.
Vista desde lo alto del cerro de Suba, la sabana de Bogotá presentaba una amplia zona pantanosa rodeada por una llanura cubierta de pastos y vegetación baja. En ella se destacaban numerosas aldeas: Suba, Tuna, Tibabuyes, Usaquén, Teusaquillo, Cota, Engativá, Funza, Fontibón, Techo, Bosa, Soacha y palacios compuestos por bohíos rodeados por dos o tres empalizadas concéntricas, semejantes a los alcázares árabes del sur de España.

Este "Valle de los Alcázares" que con las sierras nevadas de la Cordillera Central en el horizonte, dio pie para el nombre de Nuevo Reino de Granada, era en efecto el núcleo del cacicazgo de Bogotá. Las Sierras Nevadas de granada continúan en España la cadena sagrada para los grupos Chibchas
Con su sede de gobierno en Funza, este era el cacicazgo regional más extenso y poblado, no sólo del territorio Muisca sino de todo el norte de Sudamérica en aquel siglo. Sus gobernantes, los Zipas, lo habían conformado recientemente anexando los cacicazgos intermedios de Guatavita, Ubaque, Ubaté, Zipaquirá y Fusagasugá (Londoño, 1988).
Sin embargo, y por esa misma razón, Bogotá era a la vez el más inestable de los cuatro cacicazgos regionales en que se dividía en ese entonces el territorio de los muiscas. Así, aunque el cacique de Bogotá opuso resistencia a la conquista, muchos de sus sujetos prefirieron sacudirse su dominio aliándose a los europeos, como sucedió cuando Quesada salió por el valle del Teusacá hacia el norte

CULTURAS INDIGENAS GRUPO TAIRONA


ECONOMIA


La economía de las comunidades del área de la cultura Tairona se basa principalmente en la agricultura. Cultivaron el maíz, la batata, la yuca, el algodón, los frutos, etc. Practicaron algunos sistemas para sus cultivos como el de la roza, siembra en terrazas y canales de irrigación. El pescado era, en general, un producto apetecido y uno de los elementos básicos de intercambio. Además, en algunas regiones practicaban la apicultura en gran escala.


Realizaban intercambio también con los grupos indígenas vecinos de las tierras bajas al oriente y occidente de la Sierra Nevada, y con grupos más alejados, como los muiscas. En estas transacciones, los artículos mas apreciados eran las esmeraldas, los objetos de oro, los collares de cuentas de concha o de piedra y los caracoles marinos.
Los trabajos arqueológicos realizados recientemente en algunos sectores de la costa atlántica han permitido localizar rastros de grandes terrazas de cultivos que indican el grado de adelanto de la horticultura entre estos pueblos. Estas construcciones están sostenidas por largos muros de piedra, que cubren las faldas de la cordillera a lo largo de muchos kilómetros. En las terrazas colocaron capas de tierra fértil y construyeron un sistema de irrigación por medio de canales y zanjas.
La carne, producto de la caza y de la pesca, complementaba su dieta alimenticia. Gracias a la sal marina, los trabajos orfebres y la industria del algodón, tuvieron un inmenso comercio que efectuaban con pueblos lejanos como los muiscas, con quienes los intercambiaban con maltas y esmeraldas.

Cerámica


La mayor parte de los estudios arqueológicos actuales referentes a esta área señalan que la cerámica que se conoce como clásica Tairona procede de una época protohistorica muy próxima a la conquista denominado periodo Tairona II. Según una clasificación general de la cerámica, se pueden reconocer tres tipos característicos que se distinguen fácilmente por su color negro, rojizo o habano.
En cerámica roja aparecen principalmente vasijas culinarias y de almacenamiento mas bien toscas, urnas, copas grandes, platos y vasijas en forma de copas para macerar alimentos. Algunos de estos recipientes están decorados con incisiones de puntos, rayas, muescas e impresiones ungulares, y otros presentan caras humanas modeladas en la parte superior.
En la cerámica negra las formas son muy variadas, y algunas de ellas tuvieron, sin duda, carácter ceremonial. Por lo general, el color de la superficie externa es negro brillante, mientras que el de la pasta es el mismo de la arcilla. Las vasijas más características son las siguientes: copas, que varían mucho de acuerdo con sus elementos constitutivos, base, cuerpo y cuello; vasijas globulares sencillas, con una cabeza o dos cabezas pareadas de animales adosadas al vientre; vasos de cuello alargado, que a veces lleva una efigie antropomorfa elaborada con una técnica mixta de modelado, pastillaje e incisión. También aparecen silbatos con representaciones humanas que muestran personajes ricamente ataviados, los cuales llevan mascaras, coronas e insignias de mando. La decoración adicional consiste en incisiones poco profundas.
Se han hallado urnas, sillares ofrendatorios de más de un metro de altura en forma cilíndrica y esférica decorados con figuras zoomorfas o antropomorfas; cantidad de pitos, vasos, ocarinas, platos, jarras, alcarrazas, etc.; en las cuales se puede observar un gran dominio de técnicas como la firmeza de su pasta, la perfección de su acabado y la variedad de estilos.

Orfebrería


Se considera que el desarrollo de la orfebrería Tairona estaba en pleno apogeo en los comienzos del siglo XVI ya que poseían bastantes talleres de fundición, cuando los aborígenes tuvieron el primer contacto con los españoles.
La orfebrería Tairona se caracteriza por la perfección técnica que lograron al elaborar sus trabajos; emplearon la fundición a la cera perdida complementado con el martillado, el repujado, la soldadura y la fundición en moldes abiertos o cerrados.
En la metalurgia tairona, los objetos son variados en cuanto a la forma y a las técnicas empleadas en su elaboración. Existen figuritas fantásticas que llevan grandes atavíos de plumas y máscaras de felinos; hay aves y reptiles, discos repujados, cascabeles, brazaletes, narigueras y otros objetos, en su mayor parte hechos de cobre dorado o de tumbaga.

Tallado en Piedra


Los Taironas trabajan admirablemente la piedra, no solo para extraer y labrar grandes bloques destinados a las obras públicas, sino también para confeccionar objetos de culto o de uso común, como bastones ceremoniales, máscaras, hachas rituales o utilitarias, cinceles, piedras y manos de moler, cuentas para collares o para fijar a los vestidos, pendientes y placas colgantes.
Para la elaboración de todos estos objetos emplearon principalmente granito, esquistos, cuarzo, comalina, jadeita y nefrita, entre otras.

martes, 6 de noviembre de 2007

Economía


La economía de las comunidades del área de la cultura Tairona se basa principalmente en la agricultura. Cultivaron el maíz, la batata, la yuca, el algodón, los frutos, etc. Practicaron algunos sistemas para sus cultivos como el de la roza, siembra en terrazas y canales de irrigación. El pescado era, en general, un producto apetecido y uno de los elementos básicos de intercambio. Además, en algunas regiones practicaban la apicultura en gran escala.
Realizaban intercambio también con los grupos indígenas vecinos de las tierras bajas al oriente y occidente de la Sierra Nevada, y con grupos más alejados, como los muiscas. En estas transacciones, los artículos mas apreciados eran las esmeraldas, los objetos de oro, los collares de cuentas de concha o de piedra y los caracoles marinos.
Los trabajos arqueológicos realizados recientemente en algunos sectores de la costa atlántica han permitido localizar rastros de grandes terrazas de cultivos que indican el grado de adelanto de la horticultura entre estos pueblos. Estas construcciones están sostenidas por largos muros de piedra, que cubren las faldas de la cordillera a lo largo de muchos kilómetros. En las terrazas colocaron capas de tierra fértil y construyeron un sistema de irrigación por medio de canales y zanjas.


La carne, producto de la caza y de la pesca, complementaba su dieta alimenticia. Gracias a la sal marina, los trabajos orfebres y la industria del algodón, tuvieron un inmenso comercio que efectuaban con pueblos lejanos como los muiscas, con quienes los intercambiaban con maltas y esmeraldas.

GRUPO TAIRONA


Ubicación Geográfica


La Sierra Nevada de Santa Marta localizada en la parte norte de Colombia, es un macizo montañoso, aislado del sistema de los Andes. La variada topografía de la Sierra Nevada, produce gran diversidad de condiciones ecológicas, radicalmente diferenciadas de las que presentan las regiones adyacentes, e influye sensiblemente en las condiciones climáticas de una gran parte de la región caribe del país.
La franja de tierra que va desde el nivel del mar hasta aproximadamente los 900 m corresponde a clima árido y semiárido situado en el piso térmico cálido, con una temperatura media superior a los 24 grados C.
La población Indígena que habitaba en la Sierra Nevada durante el siglo XVI se acogió, desde muchos años atrás, tanto a las bondades que le brindaban la Sierra como a las restricciones que esta les imponía, y poco a poco lograron combinar esas bondades y esas restricciones del medio para afianzar y garantizar su permanencia y reproducción biológica en esta región, como lo señalan hoy día las ruinas de numerosos poblados con infraestructura de piedra, caminos terrazas de cultivos, canales y puentes.
Actualmente, existen algunos de sus descendientes en grupos diversos por la Sierra.

Sociedad y Política


La estructura social imperante era la de agrupaciones familiares unidas por vínculos religiosos. Así se deduce de pequeños grupos de esculturas al lado de los cementerios, dispersos en lomas, en varios centenares de kilómetros cuadrados. Las necrópolis más grandes, como Mesitas, Quinchana y el Alto de los Idolos, indican centros de especial jerarquía, que pudo ser ocupacional, política, religiosa o militar. La importancia de lo militar en esa sociedad lo muestran las representaciones escultóricas de guerreros armados, deidades felinas y cabezas trofeos.
Además existieron los Shamanes o hechiceros encargados de los augurios y curaciones. Otro grupo social destacado fue el de los guerreros, cuya función era la defensa del territorio por parte de tribus belicosas. El mayor número de la población estaba formado por agricultores, cazadores y pescadores, quienes sostenían a la clase dirigente con su tributo pagado en especie o en trabajo.
Los escultores también pertenecían al común del pueblo, por razones de su oficio eran sostenidos con el excedente de la producción comunitaria. Eso no implicaba que dichos artesanos gozaran de una posición privilegiada dentro de la comunidad.






Orfebrería


Los agustinianos trabajaron los metales desde el primer siglo de nuestra era. Obtenían el material de los aluviones de los ríos y lo fundían y laminaban; mezclando, en ocasiones, con cobre, para elaborar collares, zarcillos, diademas y pendientes. Mediante el sistema de la cera perdida fabricaron algunas piezas y los complementaron engarzándoles cuentas de cuerno o de piedras pulimentadas.
Los crisoles de cerámica, las gotas de oro fundido y los fragmentos de láminas encontrados en las excavaciones indican que se trató de una industria local, lo cual se aprecia también en la similitud de formas que hay entre los adornos de la estatuaria y los objetos provenientes de los yacimientos arqueológicos.
El tema del águila aparece repetidamente en los colgantes de oro, y las diademas hechas de flexibles laminas muestran estilizaciones de aves y flores de maíz.