jueves, 22 de noviembre de 2007

MUJER INDIGENA



Llegamos a la conclusión de que la guerra cambia la cultura, el horario y nuestros rituales y costumbres. Las mujeres comenzaron a sentirse muy temerosas y con miedo a ser violadas y entonces los hombres no podían ya ir a trabajar al campo por cuidar a sus mujeres y a sus niños. Sin embargo, decidimos que nos quedaríamos a resistir frente a la guerra...
ABADIO GREEN

Resumen: El artículo propone una reflexión sobre la situación de las mujeres indígenas colombianas en el contexto del conflicto armado interno que afecta al país, el avance en su condición y posición con respecto de sus organizaciones y comunidades, y el debate sobre la pertinencia de usar el género como una categoría cognitiva adecuada a situación cultural particular. Es una contribución a la documentación de la grave situación que padecen las mujeres indígenas por el aumento de la discriminación de género y la violación de derechos, que evidencia cómo en momentos de crisis y conflicto, si bien aumentan las dificultades y limitaciones para el ejercicio de todo tipo de derechos, también se desencadena la conciencia de asumirse como sujetos de derechos, pues reconoce que las guerras han sido procesos de acción colectiva desencadenantes indirectos o directos de modificaciones en las relaciones de ciudadanía.

Palabras clave: mujer, indígena, género, discriminación, conflicto.

ABSTRAC

In this document you will find solid interpretation of the situation of indian women in the context of the armed struggle going on in Colombia. It points out the increasing importance of indian women in their communiies and in the leadrship of indian social organizations. Nevertheless they continue being discriminated in society, in their own communities and even in the ranks of the Indian Movement. This essay also discusses the impotance of using Gender as an adequate cognitive category for analising particuar cultural situations.

This document is a contribution to the literature about the danger and risks for women due to incrising discrimination and violation of human rights. It evidences the emergence of rights consciousness in times of crises, despite incrising limitatios and difficulties. Wars have been colective processes which, directly and indirectly, have produced changes in the realm of citizenship.

Lea el documento completo

[1] Comunicadora Social, Especialista en Gobierno Municipal. Investigadora y Coordinadora de Proyectos de la Fundación Hemera.
[2] Entidad especializada en el acompañamiento a procesos de vida de las etnias indígenas, desde una perspectiva de derechos y diálogo intercultural, a través de iniciativas de formación, comunicación e información (www.etniasdecolombia.org , Periódico Virtual Actualidad Étnica).

Bogotá - Colombia
Junio 8 de 2004

Victoria Neuta, Coordinadora Área Mujer y Cultura –ONIC-

Para que nuestra voz no se pierda con el ruido de las armas, les manifestamos que estamos y permaneceremos en nuestros territorios, resistiendo con imaginación y paciencia, la angustia que se vive cada día en las comunidades por la incertidumbre de la guerra y de los proyectos ajenos a los Pueblos Indígenas. Estos hechos siguen aumentando el sufrimiento, marginalidad y desplazamiento interno y silencioso de nuestras familias, compañeros y hermanos.

Las Mujeres indígenas queremos aportar a las luchas del movimiento indígena desde nuestro pensar y sentir decimos que:

Unidad

Para estar al lado de nuestros pueblos y compañeros en la lucha por el reconocimiento de nuestros derechos; para oponernos a las fumigaciones de los llamados cultivos ilícitos que afectan nuestros territorios, cultivos y salud; para evitar el reclutamiento forzado de nuestros hijos, hermanos y hermanas.

Territorio

Para vivir y compartir con nuestros hijos y compañeros. Para mantener nuestra relación con la naturaleza y sus espíritus. Hoy en día enfrentamos el terrible problema del desplazamiento forzado, bien sea a otras comunidades indígenas o a centros urbanos. En los dos casos nuestra situación es muy difícil y particular. Si es un desplazamiento interno se presentan problemas por que estamos rompiendo con el equilibrio de nuestros ecosistemas. Si es a centros urbanos se complica un poco más, ya que la mayoría de nuestras compañeras no saben muy bien el español, se asustan de la inmensidad de la ciudad, del anonimato y de la falta de solidaridad de sus habitantes, nos mata el recuerdo de nuestros montes y selvas y de sus sonidos. Nos enfrentamos a nuevos problemas para criar a nuestros hijos y relacionarnos con nuestros compañeros, por no ser la ciudad nuestro medio habitual. Nos persiguen las imágenes de nuestra angustia cuando tuvimos que salir corriendo con lo poco que teníamos o podíamos cargar para hacerle quite a la muerte y desolación y en medio de esta angustia quedarnos a cargo de la familia por la desaparición de nuestros compañeros.

Cultura

Para ser culturas vivas, para tener identidad como pueblos, para ser familia. En fin, para ser mujer.

Autonomía

Para fortalecer el gobierno de nuestros pueblos y participar en sus decisiones sobre su presente y el futuro.

Para ello, nos hemos tomado el derecho a la palabra que ha sido usurpada por otros que nos han querido imponer sus políticas. Hemos reclamado nuestra palabra para ser escuchadas con nuestras propias ideas y corazón. Para definir acciones a favor de nuestras hermanas indígenas. Para que nos fortalezcamos con el conocimiento histórico de nuestros pueblos y gobierno propio.

Tal vez por ello estaremos en los rezos, ceremonias, manifestaciones y en términos generales, en la resistencia y luchas hombro a hombro con nuestros compañeros para enfrentar decididamente las consecuencias de las políticas de los gobiernos de nuestro país, como la extrema pobreza que se acrecienta por la decisión de estos gobernantes de apostarle todo a la guerra y nada a la paz; por asumir los dictados de los grandes centros de poder que solo les interesa imponer el Tratado de Libre Comercio a través de planes como el Plan Puebla Panamá (PPP); el ALCA, el Plan Colombia e Iniciativa de las Américas.

Por lo tanto, nos seguiremos oponiendo fuertemente a los proyectos y políticas nacionales e internacionales que estén en contra de los intereses de nuestros pueblos y demás oprimidos. Desde nuestras sabidurías y con nuestros dioses y espíritus les enfrentaremos.

UBICACION GEOGRAFICA


El territorio de los muiscas abarcaba las cuencas y valles del río Bogotá hasta Ten; del río Negro hasta Quetame, el Guavio hasta Gachalá, de Garagoa hasta Somondoco, de Chicamocha hasta Soatá y del río Suárez hasta Vélez. No existe un acuerdo sobre cifras de población, pero los conquistadores son enfáticos en destacar la multitud de los indígenas.
Vista desde lo alto del cerro de Suba, la sabana de Bogotá presentaba una amplia zona pantanosa rodeada por una llanura cubierta de pastos y vegetación baja. En ella se destacaban numerosas aldeas: Suba, Tuna, Tibabuyes, Usaquén, Teusaquillo, Cota, Engativá, Funza, Fontibón, Techo, Bosa, Soacha y palacios compuestos por bohíos rodeados por dos o tres empalizadas concéntricas, semejantes a los alcázares árabes del sur de España.

Este "Valle de los Alcázares" que con las sierras nevadas de la Cordillera Central en el horizonte, dio pie para el nombre de Nuevo Reino de Granada, era en efecto el núcleo del cacicazgo de Bogotá. Las Sierras Nevadas de granada continúan en España la cadena sagrada para los grupos Chibchas
Con su sede de gobierno en Funza, este era el cacicazgo regional más extenso y poblado, no sólo del territorio Muisca sino de todo el norte de Sudamérica en aquel siglo. Sus gobernantes, los Zipas, lo habían conformado recientemente anexando los cacicazgos intermedios de Guatavita, Ubaque, Ubaté, Zipaquirá y Fusagasugá (Londoño, 1988).
Sin embargo, y por esa misma razón, Bogotá era a la vez el más inestable de los cuatro cacicazgos regionales en que se dividía en ese entonces el territorio de los muiscas. Así, aunque el cacique de Bogotá opuso resistencia a la conquista, muchos de sus sujetos prefirieron sacudirse su dominio aliándose a los europeos, como sucedió cuando Quesada salió por el valle del Teusacá hacia el norte

CULTURAS INDIGENAS GRUPO TAIRONA


ECONOMIA


La economía de las comunidades del área de la cultura Tairona se basa principalmente en la agricultura. Cultivaron el maíz, la batata, la yuca, el algodón, los frutos, etc. Practicaron algunos sistemas para sus cultivos como el de la roza, siembra en terrazas y canales de irrigación. El pescado era, en general, un producto apetecido y uno de los elementos básicos de intercambio. Además, en algunas regiones practicaban la apicultura en gran escala.


Realizaban intercambio también con los grupos indígenas vecinos de las tierras bajas al oriente y occidente de la Sierra Nevada, y con grupos más alejados, como los muiscas. En estas transacciones, los artículos mas apreciados eran las esmeraldas, los objetos de oro, los collares de cuentas de concha o de piedra y los caracoles marinos.
Los trabajos arqueológicos realizados recientemente en algunos sectores de la costa atlántica han permitido localizar rastros de grandes terrazas de cultivos que indican el grado de adelanto de la horticultura entre estos pueblos. Estas construcciones están sostenidas por largos muros de piedra, que cubren las faldas de la cordillera a lo largo de muchos kilómetros. En las terrazas colocaron capas de tierra fértil y construyeron un sistema de irrigación por medio de canales y zanjas.
La carne, producto de la caza y de la pesca, complementaba su dieta alimenticia. Gracias a la sal marina, los trabajos orfebres y la industria del algodón, tuvieron un inmenso comercio que efectuaban con pueblos lejanos como los muiscas, con quienes los intercambiaban con maltas y esmeraldas.

Cerámica


La mayor parte de los estudios arqueológicos actuales referentes a esta área señalan que la cerámica que se conoce como clásica Tairona procede de una época protohistorica muy próxima a la conquista denominado periodo Tairona II. Según una clasificación general de la cerámica, se pueden reconocer tres tipos característicos que se distinguen fácilmente por su color negro, rojizo o habano.
En cerámica roja aparecen principalmente vasijas culinarias y de almacenamiento mas bien toscas, urnas, copas grandes, platos y vasijas en forma de copas para macerar alimentos. Algunos de estos recipientes están decorados con incisiones de puntos, rayas, muescas e impresiones ungulares, y otros presentan caras humanas modeladas en la parte superior.
En la cerámica negra las formas son muy variadas, y algunas de ellas tuvieron, sin duda, carácter ceremonial. Por lo general, el color de la superficie externa es negro brillante, mientras que el de la pasta es el mismo de la arcilla. Las vasijas más características son las siguientes: copas, que varían mucho de acuerdo con sus elementos constitutivos, base, cuerpo y cuello; vasijas globulares sencillas, con una cabeza o dos cabezas pareadas de animales adosadas al vientre; vasos de cuello alargado, que a veces lleva una efigie antropomorfa elaborada con una técnica mixta de modelado, pastillaje e incisión. También aparecen silbatos con representaciones humanas que muestran personajes ricamente ataviados, los cuales llevan mascaras, coronas e insignias de mando. La decoración adicional consiste en incisiones poco profundas.
Se han hallado urnas, sillares ofrendatorios de más de un metro de altura en forma cilíndrica y esférica decorados con figuras zoomorfas o antropomorfas; cantidad de pitos, vasos, ocarinas, platos, jarras, alcarrazas, etc.; en las cuales se puede observar un gran dominio de técnicas como la firmeza de su pasta, la perfección de su acabado y la variedad de estilos.

Orfebrería


Se considera que el desarrollo de la orfebrería Tairona estaba en pleno apogeo en los comienzos del siglo XVI ya que poseían bastantes talleres de fundición, cuando los aborígenes tuvieron el primer contacto con los españoles.
La orfebrería Tairona se caracteriza por la perfección técnica que lograron al elaborar sus trabajos; emplearon la fundición a la cera perdida complementado con el martillado, el repujado, la soldadura y la fundición en moldes abiertos o cerrados.
En la metalurgia tairona, los objetos son variados en cuanto a la forma y a las técnicas empleadas en su elaboración. Existen figuritas fantásticas que llevan grandes atavíos de plumas y máscaras de felinos; hay aves y reptiles, discos repujados, cascabeles, brazaletes, narigueras y otros objetos, en su mayor parte hechos de cobre dorado o de tumbaga.

Tallado en Piedra


Los Taironas trabajan admirablemente la piedra, no solo para extraer y labrar grandes bloques destinados a las obras públicas, sino también para confeccionar objetos de culto o de uso común, como bastones ceremoniales, máscaras, hachas rituales o utilitarias, cinceles, piedras y manos de moler, cuentas para collares o para fijar a los vestidos, pendientes y placas colgantes.
Para la elaboración de todos estos objetos emplearon principalmente granito, esquistos, cuarzo, comalina, jadeita y nefrita, entre otras.

martes, 6 de noviembre de 2007

Economía


La economía de las comunidades del área de la cultura Tairona se basa principalmente en la agricultura. Cultivaron el maíz, la batata, la yuca, el algodón, los frutos, etc. Practicaron algunos sistemas para sus cultivos como el de la roza, siembra en terrazas y canales de irrigación. El pescado era, en general, un producto apetecido y uno de los elementos básicos de intercambio. Además, en algunas regiones practicaban la apicultura en gran escala.
Realizaban intercambio también con los grupos indígenas vecinos de las tierras bajas al oriente y occidente de la Sierra Nevada, y con grupos más alejados, como los muiscas. En estas transacciones, los artículos mas apreciados eran las esmeraldas, los objetos de oro, los collares de cuentas de concha o de piedra y los caracoles marinos.
Los trabajos arqueológicos realizados recientemente en algunos sectores de la costa atlántica han permitido localizar rastros de grandes terrazas de cultivos que indican el grado de adelanto de la horticultura entre estos pueblos. Estas construcciones están sostenidas por largos muros de piedra, que cubren las faldas de la cordillera a lo largo de muchos kilómetros. En las terrazas colocaron capas de tierra fértil y construyeron un sistema de irrigación por medio de canales y zanjas.


La carne, producto de la caza y de la pesca, complementaba su dieta alimenticia. Gracias a la sal marina, los trabajos orfebres y la industria del algodón, tuvieron un inmenso comercio que efectuaban con pueblos lejanos como los muiscas, con quienes los intercambiaban con maltas y esmeraldas.

GRUPO TAIRONA


Ubicación Geográfica


La Sierra Nevada de Santa Marta localizada en la parte norte de Colombia, es un macizo montañoso, aislado del sistema de los Andes. La variada topografía de la Sierra Nevada, produce gran diversidad de condiciones ecológicas, radicalmente diferenciadas de las que presentan las regiones adyacentes, e influye sensiblemente en las condiciones climáticas de una gran parte de la región caribe del país.
La franja de tierra que va desde el nivel del mar hasta aproximadamente los 900 m corresponde a clima árido y semiárido situado en el piso térmico cálido, con una temperatura media superior a los 24 grados C.
La población Indígena que habitaba en la Sierra Nevada durante el siglo XVI se acogió, desde muchos años atrás, tanto a las bondades que le brindaban la Sierra como a las restricciones que esta les imponía, y poco a poco lograron combinar esas bondades y esas restricciones del medio para afianzar y garantizar su permanencia y reproducción biológica en esta región, como lo señalan hoy día las ruinas de numerosos poblados con infraestructura de piedra, caminos terrazas de cultivos, canales y puentes.
Actualmente, existen algunos de sus descendientes en grupos diversos por la Sierra.

Sociedad y Política


La estructura social imperante era la de agrupaciones familiares unidas por vínculos religiosos. Así se deduce de pequeños grupos de esculturas al lado de los cementerios, dispersos en lomas, en varios centenares de kilómetros cuadrados. Las necrópolis más grandes, como Mesitas, Quinchana y el Alto de los Idolos, indican centros de especial jerarquía, que pudo ser ocupacional, política, religiosa o militar. La importancia de lo militar en esa sociedad lo muestran las representaciones escultóricas de guerreros armados, deidades felinas y cabezas trofeos.
Además existieron los Shamanes o hechiceros encargados de los augurios y curaciones. Otro grupo social destacado fue el de los guerreros, cuya función era la defensa del territorio por parte de tribus belicosas. El mayor número de la población estaba formado por agricultores, cazadores y pescadores, quienes sostenían a la clase dirigente con su tributo pagado en especie o en trabajo.
Los escultores también pertenecían al común del pueblo, por razones de su oficio eran sostenidos con el excedente de la producción comunitaria. Eso no implicaba que dichos artesanos gozaran de una posición privilegiada dentro de la comunidad.






Orfebrería


Los agustinianos trabajaron los metales desde el primer siglo de nuestra era. Obtenían el material de los aluviones de los ríos y lo fundían y laminaban; mezclando, en ocasiones, con cobre, para elaborar collares, zarcillos, diademas y pendientes. Mediante el sistema de la cera perdida fabricaron algunas piezas y los complementaron engarzándoles cuentas de cuerno o de piedras pulimentadas.
Los crisoles de cerámica, las gotas de oro fundido y los fragmentos de láminas encontrados en las excavaciones indican que se trató de una industria local, lo cual se aprecia también en la similitud de formas que hay entre los adornos de la estatuaria y los objetos provenientes de los yacimientos arqueológicos.
El tema del águila aparece repetidamente en los colgantes de oro, y las diademas hechas de flexibles laminas muestran estilizaciones de aves y flores de maíz.

Rasgos Físicos


Las excavaciones arqueológicas y las investigaciones en etnografía aportan datos para la visión general de la cultura agustiniana, en la cual los individuos de esta etnia aparecen con una contextura física de complexión robusta, tendencia a la braquicefalia y una estatura de 1.65 m de promedio. Se cubrían con un taparrabos, sostenido por un ancho cinturón: una faja escalonada, triangular, como cubresexo o simplemente con un cordón que amarraba el pene y se anudaba cuidadosamente al lado derecho. Llevaban en la cabeza diademas de oro, gorros tejidos, o de pieles, coronas de plumas o tocados que complementaban los peinados con materiales diversos. Como armas usaban escudos, rodelas y mazas. En los primeros tiempos vistiéronse con telas de corteza de árbol y luego con tejidos de algodón, hilado en husos de madera con volantes de cerámica.Las mujeres llevaban falda corta con cinturón, delantal o falda abierta al lado izquierdo, y en la cabeza turbantes o tocados, envolviendo el cabello en bandas de tela. Se pintaban el cuerpo con colorantes de ocre, y se adornaban con collares de piedra, conchas, semillas, hueso y oro. Usaban pulseras de chaquira de varias vueltas; narigueras de oro semilunares, circulares y tubulares; zarcillos de alambre de oro antorchado con piedras engarzadas y pendientes en forma de diminutas aves de cuarzo o de oro. Es de suponer que los ornamentos de orfebrerías eran privativos de las personas de alto rango, pues no se encuentran sino en las tumbas grandes, aunque la cerámica y la piedra aparecen en sepulcros de diferente tamaño y forma.

Cultura


Comlejo Funerario.


El complejo funerario agustiniano tiene características especiales. La región cuenta con muchos sitios, como las Mesitas, Quinchana, el potrero de Lavapatas, el Batan, Lavaderos, El Parador, el Alto de los Idolos, el Alto de las Piedras y otros, donde se han encontrado cementerios, generalmente en terraplenes artificiales. Las tumbas son de diferentes tamaños y formas, relacionados con la categoría social y la jerarquía militar, política o religiosa del difunto. Podemos considerar dos grupos principales: las subterráneas y las cubiertas. Las primeras presentan una variación que se inicia con sencillos pozos de planta circular, continua con fosos similares, pero con bóvedas laterales, y termina con fosas de tres tipos: las de planta oval, a veces con cámaras laterales; las de planta rectangular cubiertas de losas, y las de planta rectangular revestidas de losas en el piso, en las paredes y en la cubierta, con un deposito fuera del sepulcro, para las ofrendas.


Las construcciones cubiertas son tumbas formadas por cámaras dolménicas de hasta 3 metros de altura, de planta rectangular y con recintos laterales. Están cubiertas de tierra y forman túmulos en las partes centrales y más altas de los cementerios. Este tipo de tumba es característico de San Agustín; no se encuentra en otros lugares del país, y muchas veces esta formado por varias cámaras, una para el cadáver (en ataúd de madera o en sarcófago de piedra), otras para el ajuar funerario, con el entierro ritual del fuego, y las de la entrada o del fondo para la colocación de estatuas, que también suelen estar fuera, a los lados del conjunto.
Las paredes y el techo de la construcción funeraria se pintaban con colores minerales, en diseños geométricos de franjas o círculos concéntricos en negro, amarillo o rojo, aunque actualmente, por la gran humedad de la zona y la acidez de los suelos, los colores se han perdido y solamente algunos sepulcros conservan restos de ellos.
La posición del cadáver dentro de la tumba varia. Generalmente aparece flexionado, en decúbito lateral derecho o izquierdo, pero en los sepulcros más grandes, y dentro del sarcófago o de ataúd, el muerto se encuentra acostado sobre la espalda, posición que se supone fue la mas usual para personas de alto rango.


La ofrenda funeraria es mas variada cuanto mayor y más compleja es la tumba. Al lado del esqueleto aparecen recipientes de cerámica doméstica y ceremonial de diversas formas y decoraciones, lascas de obsidiana, núcleos y astillas de basalto y artefactos líticos, como cuentas de collar discoidales y tubulares, metales y manos de moler. Los amontonamientos de carbón vegetal indican que el fuego se enterraba también para acompañar al muerto en el mas allá, lo mismo que los adornos de orfebrería, como diademas, colgantes, aretes y narigueras.

Vivienda


Los sitios de habitación encontrados por la arqueología aparecen asociados a campos de cultivo. Podemos decir que los agustinianos practicaban un poblamiento disperso, aunque no distanciado, determinado por la ubicación de las tierras más aptas para la siembra; sus casas estaban en las cimas de las lomas o en aterrazamientos en las laderas que fue necesario practicar por lo quebrado del terreno. Se busco la proximidad a los nacimientos de agua para no tener que limitarse a las orillas de los ríos, que, en algunas partes, son de difícil acceso por la profundidad de los cañones.


Aparecen viviendas solas y a veces con otra pequeña construcción aledaña que debió de servir para fines domésticos. También hay grupos de tres o más casas, sin que se pueda hablar de aldeas, sino apenas de caseríos; con la excepción de Quinchana, donde se hallaron vestigios de población relativamente nucleada. Estrechos senderos unían los núcleos habitacionales.
La casa era de planta circular u oval, de unos 3 metros de diámetro, de estructura sencilla, suelo de tierra apisonada, paredes de bahareque y techumbre cónica de paja. Se practicaba el enterramiento dentro del perímetro de la vivienda.
La sencillez y estricta funcionalidad de las viviendas de San Agustín contrastan con la complejidad y ornamentación de muchos sepulcros, pero concuerda con el pensamiento del hombre prehistórico, que reservaba las mejores realizaciones artísticas para el campo de lo religioso, del cual el ritual funerario era una de las más importantes expresiones.

Estatuaria


La estatuaria agustiniana tiene unas características especiales que configuran un estilo propio. Tales son: su monumentalidad, puesto que la gran mayoría representa personajes de tamaño mayor que el natural; su rigidez, dada por la posición de las figuras: de pie, con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo, casi siempre con las manos sobre el pecho; su entusiasmo, simetría y frontalidad. En cuanto a la temática, en ella encontramos representados principalmente seres antropomorfos y antropozoomorfos. Los primeros se han interpretado como guerreros, sacerdotes y dignatarios de esa sociedad; los segundos como animales simbólicos, y algunos de ellos míticos, porque no corresponden a una especie zoológica definida sino que comparten rasgos combinados de varios de ellos, como en el caso de los batracios con dientes de felino. En cuanto a los antropozoomorfos, se prueba por un cuerpo humano con una cabeza de hocico felino y grandes colmillos, identificados como deidades.
Por otra parte, las esculturas desarrollaron algunos temas reiterativamente, como el del alter-ego, representado por una figura que lleva a otra sobre su cabeza; los sacerdotes enmascarados; los sacrificios, manifiestos en seres que devoran a otros; las dinastías, expresadas mediante una deidad que protege a un ser humano; las cabezas trofeo en los collares de los dioses; los guerreros con armas y garrotes; y el principal motivo desarrollado por aquellos escultores, que es el de los llamados hombres jaguares o dioses solares, seres humanos con boca y dentadura felinas, que representan el poder, la violencia, la guerra y el dominio político y militar.
La serpiente emplumada y el águila con la serpiente entre las guerras también son temas repetidos, y ambos se relacionan con la dualidad de los conceptos opuestos o complementarios en la cual la serpiente representa lo terrenal, la fertilidad, la cotidianidad, y el águila lo celestial, lo sobrenatural, lo intelectual, unidos en la efigie del ofidio con plumaje, en vez de escamas, para expresar un ideal cósmico, un arqueotipo de su pensamiento religioso; o enfrentados en la escultura del ave que sostiene con las garras y el pico a la serpiente, para indicar el eterno choque de los dos aspectos de la existencia.
Los monos evocan sexualidad y procreación; las aves, el territorio de los dioses y la inteligencia; los saurios, el agua y la tierra unificadas, o sea, la tierra fecundada, que es la agricultura; las ranas son anunciadoras de las lluvias, y cuando llevan garras y colmillos se relacionan con la muerte y el inframundo; las ardillas son símbolos agrícolas, y los peces, propiciadores de las buenas cosechas.
La mayoría de las estatuas forman parte de los conjuntos funerarios de los diferentes cementerios localizados en explanadas artificiales hechas en las colinas. Los sarcófagos de las grandes tumbas están cubiertos con losas que llevan tallada la imagen del difunto con los ojos cerrados y las manos sobre el pecho. Las estatuas se pintaban de blanco, rojo, amarillo y negro azulado.
La talla agustiniana se hacia en piedra andesitica y en tobas, con cinceles y martillos de piedra mas duras y compactas. Es típico el tratamiento de la escultura enfatizando la labor del tallador en la cabeza de la figura para luego ir disminuyendo ese detalle a medida que se desciende hacia las piernas y los pies del personaje. Del mismo modo, el tamaño de la cabeza es comparativamente mayor que el del cuerpo y de las extremidades, de manera que la figura completa no guarda las proporciones reales del ser humano.

Cerámica


La producción alfarera de los agustinianos se destaca por su sencillez, si se comparan con las piezas complejas que elaboraron otros pueblos contemporáneos. Mezclaron las arcillas con desengrasantes de arenas cuarcicas o fragmentos triturados de cerámica. También añadieron mica a la pasta para obtener mas consistencia y, además, puntos brillantes en las superficies de algunos recipientes. Dieron forma a los objetos por modelado directo o por el sistema de enrrollamiento en espiral, y a veces utilizaron como molde otra vasija boca abajo.
Las piezas más frecuentes son las vasijas de cuerpo inferior semiesferico y superior troncocónico o campaniforme; también los cuencos y los platos pandos de bordes verticales, que se usaban para tostar granos. Ollas trípodes de soportes altos, macizos y curvos en la parte superior, aparecen con la base ahumada por su largo uso culinario, que también fue el de grandes recipientes de paredes gruesas y superficies ásperas, con decoración dactilar en los bordes.
Por su decoración, debieron de usarse en lo ceremonial copas de pie alto tubular, con recipiente pequeño de borde horizontal o inclinado, que llevan pintura negativa interna y por afuera un diseño de círculos y triángulos en negro sobre fondo rojo.
La pintura es casi siempre monócroma. Se aplica unas veces en el interior, otras en el exterior de las piezas, y a veces según la técnica negativa. La incisión y la excisión de puntos y rayas en la parte superior es típica, lo mismo que el empaste en blanco y rojo. Hay una ausencia casi total de motivos biomorfos, y es escasa la presencia de asas, que, cuando aparecen, son solo ornamentales.

Economía


Los antiguos agustinianos tuvieron como base económica la agricultura y la colección. Preparaban surcos en las laderas y en las partes altas de las montañas, dispuestos verticalmente, de manera que el agua de las lluvias corriera fecundando los terrenos y no se embalsara, lo que hubiera resultado contraproducente en aquella zona húmeda. El principal producto cultivado fue el maíz, como lo atestiguan las numerosas manos y de piedras de moler y los granos y tusas carbonizados que se han hallado entre la tierra de relleno de las tumbas, como ofrendas funerarias y entre las ruinas de las viviendas.
Los platos pandos de borde vertical que servían para tostar granos indican una manera propia de preparar el maíz, así como el maní, que hoy se sigue cultivando en esta región. Las frutas del nogal las recolectaban para obtener materias grasas. La cacería debió de ser complemento de la dieta alimenticia, y la pesca en menor escala.

GRUPOD DE SAN AGUSTIN


Ubicación


Esta cultura se ubicó en el Valle del Alto Magdalena (sur del departamento del Huila), ocupado por actuales municipios de San Agustín, San José de Isnos y Salado Blanco, situados todos en las estribaciones del macizo colombiano; es un sector donde abundan las rocas volcánicas, materia prima empleada para sus famosos trabajos de estatuaria.

Vestidos y Adornos


Los adornos de orfebrería constituían casi la única vestimenta de estos indios, al lado de las sartas de chaquira, material con que confeccionaban collares y fajas que usaban los señores de la tribu. En las tumbas excavadas se han encontrado gran cantidad de torteros o volantes de huso, hechos generalmente en barro y decorados con dibujos incisos geométricos, rellenados con pasta blanca.
Debido a las condiciones climáticas de la zona, caracterizadas por lluviosidades cercanas a los 2.000 mm, en el año, no han permitido la edecuada conservación de mantas, fajas y otros productos de esta artesanía.

Organización Socio-Política


La institución del cacicazgo parece que estaba bien cimentada entre los Quimbayas, mas que entre los demás pueblos Prehispanicos del territorio de Caldas, Quindío y Risaralda, quizás por el crecido numero de señores principales que había en la región, pues pasaban de ochenta, a cada uno de los cuales correspondía manejar poco mas de 200 súbditos, según la población total que se indica en las crónicas de 45.000 a 60.000 indígenas.
Los señores acostumbraban el matrimonio poligónico y buscaban sus esposas entre sus parientes; parece que una de ellas tenia el rango de mujer principal y que uno de sus hijos heredaba el cacicazgo. Cuando estos faltaban, el señorío pasaba a manos del hijo de hermana, como en los pueblos comarcanos.
Los jefes indígenas y los demás que ejercían el mando en la zona, aceptaron la dominación española sin oponer resistencia, lo cual permitió la fundación de Cartago, el 9 de Agosto de 1540, y el reconocimiento pacifico de casi todo su territorio.

Cerámica


La cerámica fue importante en el desarrollo de estos pueblos. Se han encontrado muestras de cerámica de diferentes estilos y diversa decoración lo que indica la influencia de otros grupos indígenas; es la representación artística mas notable de los depósitos arqueológicos de Caldas, Quindio y Risaralda, no solamente por la belleza de sus formas, sino también por la magnifica técnica de fabricación y por la gran variedad de estilos y formas decorativas.
Las características de la cerámica Quimbaya son:
Uso de pintura negativa;
Formas globulares, es decir, en forma de pequeños globos;
Utilización de pinturas monocromas y policromas;
Adornos con dibujos geométricos.
Los principales tipos que pueden distinguirsen en la cerámica de esta área son, entre otros, los siguientes:


a. Vasijas de silueta compuesta: Consisten en recipientes semiesféricos, cuyo coronamiento es la representación de una casa, generalmente con techo de dos aguas y con muros verticales y ligeramente inclinados hacia adentro en su parte inferior. En algunos casos, la casa tiene un soporte central, grueso, y otros laterales, mas delgados, sobre los cuales descansa las techumbre. En el norte del Tolima se han hallado vasijas de este mismo tipo.
b. Vasijas globulares y cuencos: Fueron los más comunes en esta área cultural, especialmente para uso domestico. En las vasijas ceremoniales aparece la mayor riqueza de motivos, tanto en la forma como en la decoración. Sin embargo casi toda la cerámica utilitaria de la región del Quindio tiene generalmente decoración modelada, consistente en motivos curvilíneos y biomorfos, como representaciones antropomorfas, serpientes, batracios, etc. Su coloración es casi siempre negra, color que se acentúo naturalmente con el uso a que estuvieron destinadas. En estas piezas pueden verse todavía las capas de hollín, producidas por el humo de la cocción de alimentos a base de combustible de leña.


c. Copas: Numerosas son las vasijas con base desarrollada encontradas en el Quindio. Se les conoce generalmente con el nombre de copas o copones y están en su gran mayoría decoradas con pintura negativa, negro sobre rojo. La altura de la base, que es troncónica, es en ocasiones casi igual a la del recipiente, o sino más grande.
Esta forma de cerámica cubre prácticamente todo el territorio colombiano, pues se han encontrado depósitos arqueológicos de los Departamentos de Magdalena, Santander, Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Caldas, Valle, Huila, Tolima, Nariño, Choco, Córdoba, Bolívar, Atlántico y el Putumayo. El estilo de copa típico para la región del Quindío aparece también en Cauca (Corinto y Tierradentro), en Huila (San Agustín) y en Nariño. Vasijas en forma de copa, similares a las colombianas, son comunes en los yacimientos arqueológicos de América Central y se extienden hasta el territorio ecuatoriano.
d. Vasos silbantes: son, tal vez, los más hermosos ceremonios del territorio del Quindío y Risaralda, por su ornamentación y por la motivación de sus representaciones. Consisten generalmente en varios cuerpos, uno anterior, antropomorfo o zoomorfo, unido al segundo, que es globular, por un puente que pone en comunicación los dos recipientes.
e. Alcazarras: Consisten en un recipiente generalmente semi-esferico, con dos apéndices tubulares divergentes, unidos por un asa de estribo.

Orfebrería


Esta sociedad realizó una lujosa orfebrería, catalogada bajo el apelativo de "Quimbaya Clásico", reconocida universalmente por su perfección técnica y por la belleza de sus diseños. Como el oro no abundaba allí como en las otras regiones de la Colombia Precolombina, se vieron obligados a usar aleaciones y virtualmente crearon una combinación metálica de oro y cobre conocida como "tumbaga", una proporción de 30/70, donde el oro conserva su color, maleabilidad y nobleza, y el cobre alarga su cuerpo físico, dándole a las piezas gran viveza y tonalidad.
Sus piezas más espectaculares representan hombres y mujeres de ojos semicerrados y rostros complacidos, calabazos, frutas, poporos de estilizados diseños y cuellos de vasijas.
Se observa una estrecha relación entre la región Calima en alfileres de distintos colores y en el dominio de las técnicas de fundición.
A pesar de que la orfebrería clásica Quimbaya ha sido ubicada tradicionalmente en el Valle del río Cauca, algunas piezas han sido encontradas en la hoya del Magdalena medio y en el macizo Antioqueño.
La mayoría de los objetos de oro precolombino formaban parte de los ajuares que acompañaban a los muertos en su viaje a la eternidad. El concepto de viaje es marcado en ciertas culturas que utilizaban de sarcófagos, troncos huecos como barcas, donde depositaban el cadáver junto con algunos elementos sagrados y sus objetos personales.
Los pueblos Quimbayas y sus vecinos desarrollaron la más importante industria de orfebrería en Colombia y en América, no solo por lo avanzado de las técnicas metalúrgicas que emplearon, sino por la belleza de las piezas fabricadas por estos nativos.
Los orfebres de Caldas explotaron los numerosos yacimientos auríferos que existían en su territorio y lo obtuvieron por trueque con sus vecinos de Buriticá. Sus famosas piezas de orfebrería alcanzaron gran difusión y llegaron hasta Panamá y posiblemente hasta Centro América.


EL POPORO


Un '' poporo" es un recipiente para guardar la cal y otras sustancias calinas necesarias como combinación en la masticación de las hojas de coca. Generalmente están acompañados de agujas o alfileres largos para sacar la cal y llevarla a la boca. Los poporos de oro tuvieron un uso generalizado en las culturas del suroccidente. Por su belleza y perfección formal, sobresalen los de la cultura Quimbaya. En el periodo Clásico Quimbaya muchos llegaron a representar hombres y mujeres sentados, y con algunos adornos, al parecer personajes sobresalientes de esta sociedad.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Cultura


Prácticas Funerarias


Las características de las tumbas en el área quimbaya y mas concretamente en el Quindío, son:
Tumbas de planta rectangular, de uno o dos metros de largo por uno de profundidad; el cadáver esta colocado en posición suplina y como única ofrenda tiene una cerámica al lado de la cabeza.
Tumbas de planta rectangular con una pequeña cámara en uno de sus extremos, destinada a guardar los restos del difunto; las ofrendas de cerámica aumentan en numero y aparecen ya algunas piezas de orfebrería.
Tumbas semejantes a las anteriores, pero con la cámara más grande, clausurada con maderos colocados a la entrada, unos a continuación de otros. Como ofrendas se registran en estas tumbas cerámicas de varios tipos y formas decorativas, como tazas, piedras y manos de moler (agricultura del maíz), torzalez o narigueras en forma de torzales o caricuries y anulares.
Tumbas de la misma estructura de las anteriores, pero más profundas, hasta 4 metros, con bóvedas más espaciosas, en las cuales están los restos de varias personas, ofrendas de cerámica, narigueras en forma de torzales o caricuries y anulares.
Tumbas de planta rectangular con bóveda cuadrada en uno de sus extremos; los cadáveres están colocados sobre tendidos de guasca y a su lado tienen cerámicas biomorfas, piezas de oro fino, cobre y tumbaga, y volantes o pesas de husos (tejidos).
Tumbas de planta rectangular, de 1,60 de largo, 80 cm. de ancho y varios metros de profundidad. Los cadáveres que se encuentran en esas sepulturas fueron profusamente adornados con piezas de oro y cobre en todas las partes del cuerpo y a su lado se pusieron cerámicas antropomorfas y volantes de husos.
Tumbas en cuyas bóvedas se desciende por dos fosos de forma rectangular, unidos por la base; tienen espaciosa cámara revestida de grandes lajas, introducidas allí por el orificio de mayor tamaño. En este tipo de sepulturas fueron enterrados individuos de alta jerarquía, a juzgar por la riqueza de las ofrendas de orfebrería, las más valiosas halladas en la hoya del Quindío, en el sitio denominado La Soledad.
Tumbas de planta rectangular con bóveda en uno de sus extremos, a la cual se desciende por escaleras labradas en la tierra, desde la superficie y a todo largo y ancho del orificio, razón por la cual este casi siempre alcanza gran longitud. Es este tipo de tumba que se denominaba de tajo abierto. La mas celebre fue hallada en el sitio denominado Santuario, cuya ofrenda de piezas de orfebrería peso mas de 14 libras. Los restos oseos de estas sepulturas están generalmente bien conservados.
Tumbas de planta cuadrangular, conocidas generalmente con el nombre de cuadrados. Los hay de varias proporciones y profundidades, con ofrendas ricas y pobres. Generalmente los mas profundos son los mas ricos, como el que fue hallado en Montenegro, cuyas joyas pesaron cerca de 70 libras y entre las cuales se distinguian bastones, pitos, cornetas, coronas, etc.
Tumbas de planta rectangular, revestidas de piedra por todos sus costados, hasta de 8 arrobas de peso, y encima de la cubierta con relleno de 1 m. O mas de tierra, hasta la superficie. En estos sepulcros el cadáver fue colocado en posición supina, cuñado a los lados con tierra de color carmín. En general no tienen ofrendas funerarias. Este tipo de tumbas es relativamente poco frecuente en el Quindío.
Además de los tipos anteriores, en la región del Quindío se encontraron tumbas de pozo, las cuales presentas también alguna variedad en cuanto a formas, profundidad, diámetros, etc.

Danzas y Cantos Ceremoniales


Acostumbraban a celebrar los quimbayas fiestas de carácter ritual, seguramente para propiciar el favor de sus dioses en las cosechas y en otras actividades de su vida cotidiana. Estas fiestas consistían en danzas ceremoniales al compás de tambores, acompañadas de frecuentes libaciones de chicha y de cantos en los cuales se expresaban las dificultades y necesidades de la tribu, a la vez que se rememoraban las hazañas de sus mayores.
Un carácter ritual parece que tenían también otras fiestas, como aquella en que se reunían para beber y solazarse, después de lo cual se formaban entre las mujeres, muchachos y hombres adultos donde arremetían unos contra otros, con propulsores o tiraderas, varas y otras armas, con el resultado de que de tales lides resultaban muchos heridos y buen numero de muertos.

Magia y Religión


"No tienen creencia ninguna; hablan con el demonio de la manera que los demás", escribe Cieza de León. Sin embargo, esta aseveración permite suponer la existencia de prácticas religiosas entre los nativos y de un culto consagrado a conseguir el favor de sus dioses tutelares. Su arte, expresado en la cerámica y en la orfebrería, refleja, por otra parte, un profundo sentimiento religioso. Muchas de las piezas de orfebrería representan motivos antropomorfos y antropozoomorfos, en los cuales quisieron, seguramente, figurar a varias de sus divinidades.
El agua tenia para ellos poderes curativos especiales y a ella acudían frecuentemente por medio del baño repetido cuando eran víctimas de alguna enfermedad.
Además de las creencias mencionadas, los quinbayas tenían otras en relación con el mas alla y con la existencia de otra vida después de la muerte, a la que había que llegar con algunos recursos propios de este mundo. Y creen que los cuerpos todos han de resucitar; pero el demonio les hace entender que será en parte, que ellos han de tener placer y descanso; por lo cual les echan en las sepulturas mucha cantidad de su vino y maíz, pescado y otras cosas, y juntamente con ellos sus armas, como que fuesen poderosas para librarlos de las penas infernales.

Economía


Agricultura


El establecimiento de los Quimbayas estaba localizado en el piso térmico templado, lo que les brindó la posibilidad de cultivar variados productos de la tierra, como base esencial de su alimentación, tales como maíz y yuca, complementados con pescado, miel de abejas y varias frutas, entre las cuales se mencionan chontaduros, caimitos, ciruelas, aguacates, guabas y guayabas. La espesura de los bosques de guadua y de otros arboles, constituyó un medio favorable para animales de cacería, como venados y conejos.
En las zonas de reciente desmonte del Quindío y de otras regiones de Caldas, hoy convertidas en pastizales y cafetales, pueden verse todavía vestigios de las antiguas sementeras de los indios, consistentes en hileras de surcos, que descienden paralelos y verticales por las faldas de las lomas que servían de asiento a sus estancias. Algunos de estos surcos fueron observados ya desde el siglo XVI, por debajo de los bosques existentes en aquella época.

Apicultura


Entre los espesos guaduales de la zona Quimbaya se levantaban grandes ceibas cuyos troncos constituían un medio favorable para la formación de colmenas, que explotaban los indios para complementar su alimentación y para utilizar la cera en la confección de los rostros de sus ídolos, en la fabricación de objetos de oro por el sistema de la fundición a la cera perdidaEscriba aquí su pregunta y haga clic en Buscar y en la técnica de la pintura negativa en vasijas y cerámicas figurativas de carácter ceremonial.
En las concavidades de los troncos añejos cultivaban colmenas de variadas clases, cuya miel es rala y algo agria.

Mineria


Bien sabido es que los Quimbayas explotaban yacimientos auríferos en su territorio y trabajaban este metal con avanzadas técnicas metalúrgicas. Sus joyas, de gran acabado y hermosura, lucen hoy en museos arqueológicos de Colombia y el exterior.
Las mayores y más ricas ofrendas funerarias halladas en el Quindío corresponden, según la descripción de los guaqueros, a personajes que debieron tener alguna jerarquía civil o religiosa dentro del grupo a que pertenecían.
El dominio de la metalurgia alcanzada por los Quimbayas y otros pueblos del territorio, especialmente de la metalurgia del cobre y de oro, dominio que los ha hecho famosos en el mundo de la arqueología americana.

Explotación de Salinas


Las varias fuentes salinas que existían en el territorio Quimbaya y en otras comarcas, eran objeto de una activa explotación por parte de los nativos, que se valían de este y otros productos, como mantas y objetos de orfebrería, para mantener un activo comercio con los pueblos vecinos y aun con tribus situadas en regiones lejanas.
El sistema de elaboración de la sal entre varios grupos indígenas de la cuenca del río Cauca consiste en sacar la sal del río, hacer grandes fuegos, poner en ellos grandes ollas en que cuecen el agua hasta que de una arroba no queda sino una pequeña cantidad la cual cuajan y se convierte en sal Purísima y excelente.
Las principales fuentes saladas estaban en la región de Abibe, en Corí, en Murgia, Cenufana, al sur del territorio de Antioquia, desde donde llevaban los nativos la sal hasta el valle de Aburrá y a las provincias situadas al oriente, para comerciar con ella; en estas regiones, las casas eran verdaderos depósitos de este producto, que almacenaban los indios en forma de panes de azúcar. También en Caramanta, donde beneficiaban una fuente salada que nacia dentro de un río de agua dulce, lo mismo que de una laguna cercana, cuya explotación estaba reservada a los señores principales, por la excelente calidad de la sal que en ella se sacaba.
Cerca de la población de Calarcá, en el sitio denominado Uritá, los indios explotaban una fuente que nace de varios puntos de una peña y que recogían por medio de canales de arcilla adheridos a la roca y entamboraban luego en troncos de palma, evitando así que se mezclara con las aguas dulces. Recogían la aguasal en grandes cántaros y la sometían al fuego para condensarla por evaporación. Terminado este proceso rompían el cántaro, en cuyo asiento quedaba la sal pura.
Industria Textil
La industria textil tuvo dos centros principales de desarrollo durante la época prehispánica: uno en la zona oriental, entre los grupos chibchas de Cundinamarca, Boyacá y Santander, y otro en la región occidental, en los territorios de los Departamentos de Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda y algunas zonas vecinas.
En la región Occidental, el mayor incremento de la industria se registró en el piso térmico templado y en la zona cálida. El empleo de ropas de algodón con galanas pinturas se dio entre los Quimbayas y otros a pesar de que varias poblaciones usaban pocas ropas.; la escasez de ropa confeccionada con esta fibra la suplían con el empleo de corteza de arboles que ellos hacían.

Armas


Las armas con que combatían los Quimbayas a sus enemigos eran lanzas y dardos que lanzaban con estólicas o tiraderas; de pelo humano hacían rodelas, con las que atajaban en las contiendas las flechas de sus contrarios.
En el Museo Arqueológico Nacional de Colombia se conservan fragmentos de estólicas arqueológicas, procedentes del área Quimbaya. Igualmente, entre las piezas del Museo del Oro del Banco de la República de Colombia, figuran representaciones de propulsores.
A diferencia de los pueblos comarcanos, como carrapas, pozos, picaras y otros, los Quimbayas solo comían carne humana en las grandes festividades.

Origen y Ubicación


Los antiguos habitantes de la región Quimbaya, desaparecieron hacia el siglo X y es muy poco lo que se sabe de ellos. Por la tecnología orfebre y la perfección de sus objetos se puede inferir que esta cultura tenia un desarrollo cultural avanzado, correspondiente a un cacicazgo.
Desde tiempos aún no determinados con exactitud, hasta aproximadamente el siglo décimo de la era en que vivimos, la cultura Quimbaya habitó el amplio valle medio del río Cauca, región que hoy ocupan los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda.

Escultura Lítica


Una de las manifestaciones interesantes de la zona lo constituyen los bajorrelieves tallados sobre una especie de columnas cilíndricas que terminan en punta para ser enterradas a manera de pequeños postes o columnas. Las representaciones grabadas son figuras antropomorfas masculinas y femeninas, y su tamaño fluctúa entre diez centímetros y un metro de altura. La disposición de la figura es particular y repetida, puesto que la cabeza es algo redondeada, y los brazos, que empiezan en la parte posterior, terminan al frente, mas abajo de la cintura, en ángulo recto; la pierna y los pies tienen igual disposición de escuadra. Los hallazgos mas importantes de esta estatuaria fue de unas sesenta pequeñas estatuas, de las cuales solo dos tenían representaciones zoomorfas de monos sobre los hombres, similares a las de San Agustín.
Se han encontrado en profundas tumbas de pozo con cámara lateral, a campo abierto y dentro de cuevas. Sin duda, su función debió ser religiosa, a manera de pequeñas deidades tutelares que, además, podían ser fácilmente transportadas en sus desplazamientos. Estatuas con estas características se han encontrado en Berruecos, Chimayoy, Buesequillo, la Cruz y Tajumbina, en el Departamento de Nariño, en el Cauca, en sitios cercanos a Popayán y en Tambo, en donde aparecieron formando un circulo.

Alfarería


La alfarería de Nariño comprende tres estilos bien definidos. El primero, el Capulí, presenta una gran homogeneidad en cuanto a formas, decoración y tratamiento de la pasta y parece derivarse de una tradición cerámica bastante antigua. Se caracteriza por su color rojo pintado con la técnica negativa, negro sobre rojo. Con esta elaboraron por lo general, diseños geométricos muy bien ejecutados con la que decoraron copas de varias formas, ollas globulares, figuras femeninas y masculinas y los típicos "coqueros". Las paredes de las vasijas son algo gruesas y el material es muy abundante.
Los estilos Tuza y Piartal, por la calidad general que exhiben, parecen pertenecer a alguna producción local en donde los alfareros tenían fácil acceso a arcillas caoliniticas con las que manufacturaban esta bella alfarería, una de las más artísticas del territorio.
En la producción de delicados platos y vasijas globulares de la alfarería de Tuza, el artista que las elaboró muestra un exquisito gusto en la decoración de pintura negativa y positiva con la que narra escenas cotidianas y en las que variados animales del entorno fueron diestramente representados. El color básico de las piezas es blanco hueso y sobre éste elaboraron los diseños en colores negro y rojo claro.

Metalurgia

El trabajo de los metales es otra de sus producciones de gran belleza y destreza técnica. Trabajaron con igual habilidad joyería en oro, plata, platino, cobre y tumbaga, aprovechando los colores de los metales en composiciones de gran sentido estético. Como técnicas, emplearon la fundición por la cera perdida, el laminado, el martillado, el repujado, el alambrado con hilos gruesos y delgados, y la soldadura. Conocieron las técnicas del dorado por oxidación y el plateado, con los cuales lograron varios matices de color en la misma pieza a partir de elaborados y pacientes pasos previos.
Como técnica decorativa, también usaron la combinación de tonos mates y brillantes en la misma pieza por raspado y bruñido, logrando así hermosos contrastes sobre objetos discoidaleslaminares, ideales para la aplicación de la vistosa técnica decorativa. Sobre la base de discos de oro realizaron, además, artísticos calados geométricos y de estilizados micos con gráciles colas, efectuando los recortes de las siluetas de perfil, con punzones y buriles.

GRUPO PASTO


Ubicación Geográfica
En el actual Departamento de Nariño, se han descubierto numerosos vestigios correspondientes a un complejo arqueológico que se conoce indistintamente con los nombres de Nariño o Quillacinga y sobre cuyos autores se carece aún de datos concretos.

Religión y Ceremonias


Era politeísta. Sus divinidades representaban diversas fuerzas de la naturaleza. Sus principales dioses fueron Chiminichagua, principio creador o fuerza suprema, Xué, el sol, Chía, la luna, Bachue, la madre de la humanidad y diosa de las legumbres, Cuchaviva el arco iris, Chibchacun, dios general, Chaquen, dios de los corredores y Bochica, héroe civilizador. Las lagunas eran consideradas lugares sagrados; allí celebraban ceremonias religiosas de gran esplendor, durante las cuales arrojaban al agua, tunjos elaborados en tumbaga,
Los sacrificios humanos eran ceremonias populares de gran importancia en los pueblos chibchas. Fuera de esta ceremonia en que el homenaje al dios entrañaba el sacrificio de un ser humano, existían otras de gran renombre como la famosa de El Dorado, de carácter mágico-religioso. Esta ceremonia tenía ocurrencia con motivo de la posesión en el mando del cacique de Guatavita y era por lo tanto de celebración poco frecuente. En cambio las grandes procesiones rituales se sucedían a menudo. Tenían lugar en ciertas épocas del año y adquirían una grandiosa fastuosidad.

Organización Social


La sociedad muisca se basó en un grupo de familias emparentadas por vínculos consanguíneos.
En el siglo XVI la población muisca tenia unos 650.000 habitantes. Su base de la organización social era el Clan o familia extensa, caracterizado por la exogamia. Los hijos heredaban por línea materna, puesto que pertenecían a la comunidad de su madre. Aunque se permitía el matrimonio poligamico, en realidad solo lo practicaba la nobleza. La residencia era patriarca
l.
Los individuos trabajaban en común las tierras de su jefe de clan, o del sacerdote o jeque. Varios clanes formaban una tribu y sus miembros trabajaban las sementeras del cacique u uzaque (Jefe de tribu), quien cobraba los tributos y entregaba parte de ellos al Zipa o al Zaque, jefes de estas confederaciones, conformadas por varias tribus.
Los jefes de confederación, los jefes de tribu y los sacerdotes formaban una clase superior, que se apropiaba de parte de los excedentes de producción agrícola y minera. Ello originó la diferenciación de grupos dentro de la sociedad y condujo a la formación de clases y al surgimiento de la propiedad privada y del estado. La apropiación de los excedentes de producción se efectuaba mediante el cobro de un tributo o impuesto, que debían pagarse en especie, y del trabajo, obligatorio también, en los cultivos de los jefes de tribu y de los sacerdotes. Este sistema impidió que se estableciera la esclavitud en la sociedad muisca.

Org. Politico - Social


A la llegada de los españoles en el territorio muisca existían 5 federaciones independientes, formadas por 25 tribus:
La confederación de Bacatá o Bogotá: Era la más extensa, a ella pertenecían unas 20 tribus las cuales gobernaba el zipa; comprendía gran parte del departamento de Cundinamarca.
La confederación de Hunza o Tunja: abarca algunas zonas de clima frío al norte de Cundinamarca y gran parte de Boyacá. El Zaque la gobernaba.
La confederación de Tundama o Duitama, compuesta por pocas tribus
La confederación de Sogamoso o Iraca: de escasa extensión territorial. Allí residía el sacerdote más importante, dedicado a la adoración del sol.
La confederación de los indios Guanes: formada por un subgrupo de los muiscas ocupaba las ollas de los ríos Suarez y Chicamocha y la mesa de Lérida en Santander.
Así conformada, la cultura muisca era un estado en formación. Contaba con una clase gobernante principal, secundada por otra menor, que regia unidades administrativas más pequeñas (capitanías o parcialidades).
Según parece, al lado de los jefes había un consejo tribal. Al morir un jefe de confederación, el poder lo heredaba un sobrino, hijo de una hermana. Lo mismo ocurría con los caciques.


Legislación


Los Muiscas se regían por un complejo sistema de sentencias o leyes muy estrictas, que sustentaron el orden moral, político y social llamado código de Nemequene, transmitido oralmente. El código castigaba el incesto y condenaba a muerte al homicida, aunque hubiera conseguido el perdón de los familiares del difunto. El hurto se castigaba con la pena de muerte al igual que el soborno. Si una mujer moría en el parto, el marido debía indemnizar a la familia de la esposa. Existía la pena de muerte para quien violara una mujer y para el que huía de la guerra. Además, se limitaba el lujo en la gente común.

Cultura


Actividades Guerreras


Las armas de guerra en las sociedades salvajes y bárbaras son generalmente los mismos instrumentos de cacería utilizado sin modificaciones o complementados con algunas innovaciones de adaptación. Primero en la guerra con los animales, contienda defensiva para preservar la vida y lucha ofensiva para sustentar la existencia humana. Las armas que el hombre inventa en esta lucha que sistematizada se le llama cacería, le sirven luego en combate con los demás hombres. Originariamente los inventos de cacería y guerra se enlazan sobre el fondo de sangre de su dramatismo.
Los chibchas utilizaban en sus guerras grandes macanas, lanzas y cachiporras de madera, y hondas para lanzar guijarros. Su arma principal era la tiradera o estólica que son ciertos dardillos de varilla liviana a manera de carrizos con puntas de macana.
Cuando en las actividades guerreras lograban cautivar niños pertenecientes a las tribus enemigas los destinaban para ser sacrificados al sol y los mantenían entre tanto en casas especiales donde recibían buen trato y comida esmerada. El sacrificio tenia lugar en las altas cumbres que miraban hacia el este. Los Jeques conducían ceremonialmente a la criatura y la colocaban en el suelo sobre una manta fina. Con cuchillas de caña degollaban al niño y recogían su sangre en totumas para untar con ellas las piedras donde caían los primeros rayos solares del amanecer. El cuerpo de la víctima recibía sepultura en una cueva o era dejado expuesto al sol tropical para que los rayos lo achicharraran devorándolo. Este sacrificio macabro tenia por objeto desenfadar al sol.
Igualmente los caciques hacían sacrificios humanos, con flechas, los cuales se llevaban a cabo en las entradas de sus casas y posteriormente llevada su cadáver y sangre a los cerros más altos, donde teñían las piedras con sangre y enterraban la víctima de cara al sol.


Instrumentos Musicales


En las batallas y en las fiestas usaban los chibchas instrumentos de música, algunos como especie de dulzainas, hechas de arcilla cosida.Actividades Guerreras
Las armas de guerra en las sociedades salvajes y bárbaras son generalmente los mismos instrumentos de cacería utilizado sin modificaciones o complementados con algunas innovaciones de adaptación. Primero en la guerra con los animales, contienda defensiva para preservar la vida y lucha ofensiva para sustentar la existencia humana. Las armas que el hombre inventa en esta lucha que sistematizada se le llama cacería, le sirven luego en combate con los demás hombres. Originariamente los inventos de cacería y guerra se enlazan sobre el fondo de sangre de su dramatismo.
Los chibchas utilizaban en sus guerras grandes macanas, lanzas y cachiporras de madera, y hondas para lanzar guijarros. Su arma principal era la tiradera o estólica que son ciertos dardillos de varilla liviana a manera de carrizos con puntas de macana.
Cuando en las actividades guerreras lograban cautivar niños pertenecientes a las tribus enemigas los destinaban para ser sacrificados al sol y los mantenían entre tanto en casas especiales donde recibían buen trato y comida esmerada. El sacrificio tenia lugar en las altas cumbres que miraban hacia el este. Los Jeques conducían ceremonialmente a la criatura y la colocaban en el suelo sobre una manta fina. Con cuchillas de caña degollaban al niño y recogían su sangre en totumas para untar con ellas las piedras donde caían los primeros rayos solares del amanecer. El cuerpo de la víctima recibía sepultura en una cueva o era dejado expuesto al sol tropical para que los rayos lo achicharraran devorándolo. Este sacrificio macabro tenia por objeto desenfadar al sol.
Igualmente los caciques hacían sacrificios humanos, con flechas, los cuales se llevaban a cabo en las entradas de sus casas y posteriormente llevada su cadáver y sangre a los cerros más altos, donde teñían las piedras con sangre y enterraban la víctima de cara al sol.
Instrumentos Musicales
En las batallas y en las fiestas usaban los chibchas instrumentos de música, algunos como especie de dulzainas, hechas de arcilla cosida.

Construcciones y Casas


La arquitectura precolombina que alcanzó entre los aztecas, los mayas y los peruanos sus más brillantes y admiradas expresiones artísticas, no tubo entre los chibchas siquiera un desarrollo comprable con el de aquellas culturas. La diferencia esencial consiste en el empleo de la piedra para las construcciones. Los chibchas tenían la piedra profusamente desparramada en su medio geográfico pero fueron incapaces de utilizarla para la escultura y para las construcciones. Los chibchas hacían sus casas utilizando como principal material la caña y el barro para hacer las tapias llamadas bahareque.
Las casas comunes eran de dos formas: unas cónicas y otras rectangulares. Las primeras consistían en una pared en circulo echo de palos enterrados como pilares más fuertes sobre los cuales se sostenía de lado y lado un doble entre tejido de cañas cuyo intersticio era tupido de barro. El techo era cónico y cubierto de pajas aseguradas sobre varas la profusión de tales construcciones en forma cónica en la sabana de Bogotá, dio origen a que Gonzalo Jiménez de Quezada le diera a esta altiplanicie l nombre de Valles de los Alcázares.
Las construcciones rectangulares consistían en paredes paralelas también de bahareque, como las anteriores, con techo en dos alas en forma rectangular.
Tanto las construcciones cónicas como las rectangulares tenían puertas y ventanas pequeñas. En el interior el moblaje era sencillo y consistía principalmente en camas hechas también de cañas, llamadas barbacoas, sobre las cuales se tendía gran profusión de mantas; los asientos eran escasos pues los indígenas solían descansar en cuclillas en el suelo. Además de las casas comunes existían otras dos clases de construcciones: una para los señores principales, probablemente jefe de tribu y de clan, y otras para los jefes de las confederaciones chibchas, como los Zaque y los Zipas.

Orfebrería


Los Muiscas fueron magníficos orfebres; fabricaban figurillas y objetos de adorno, como diademas, collares, narigueras, tiaras, pulseras, pectorales, mascaras y los famosos tunjos decorados con hilos de oro y, en general, figuras antropomorfas y zoomorfas planas.
Los chibchas o muiscas obtenían el oro por transacción con las tribus vecinas. Trocaban esmeraldas, mantas y algodón por oro. Aleaban el oro argentífero nativo en proporción variable con el cobre puro y obtenían así aleaciones de color bronceado, conocidas en Colombia con el nombre de tumbaga,

Arte Rupestre


En el territorio Chibcha especialmente en Facatativá, Bojacá, Fusagasugá y en algunos sitios de la región ocupadas por los Guanes se encuentran piedras, generalmente grandes rocas, con dibujos indígenas con tintas indelebles. Suelen hallarse las mismas formas o figuras talladas en rocas. En Facatativá las piedras de Tunja con sus corpulentas masas geológicas, aparecen tatuadas con estas pinturas a tinta roja encendida, como testimonios callados, como garabatos prehistóricos que muestran la huella que dejo un pueblo en su peregrinación de siglos.
Es una de las manifestaciones arqueológicas más importantes de esta área, aunque algunos arqueólogos opinan que proceden de una época anterior a la llegada de los pueblos de lengua Chibcha a esa zona. La arquitectura Chibcha fue muy simple, no utilizaban piedra sino madera y paja.

Estética


Alfarería y Cerámica


La alfarería se desarrolla en lugares cercanos a las fuentes saladas para hacer las gachas o moyos en que se compactaban los panes de sal. Los grandes talleres de cerámica artística, estuvieron en los pueblos circunvecinos a Tocancipá, Gachancipá, Cogua, Guatavita, Guasca y Ráquira, cuyas arcillas especiales ofrecían materia prima excelente para estas labores.
Los Alfareros chibchas, con los artificios de su tosca industria llenaban otras necesidades, tales como: husos y torteros de hilandería, rodillos labrados para impresión de relieves, bruñidores, crisoles y matrices de fundición, ocarinas y otros instrumentos musicales, así como multitud de pequeños implementos cuya aplicación no se ha podido establecer.

Economía


Agricultura


La base esencial de la economía muisca fue la agricultura; cultivaron principalmente el maíz de diferentes variedades, que se convirtió en la base de la alimentación. Además, sembraron algodón, yuca, batata, calabaza, hibia, arracacha, piña, aguacate, coca, tabaco, etc.
Las técnicas agrícolas eran rudimentarias; emplearon el azadón, la coa de macana y el sistema de roza. Además, hay evidencias del uso de canales de riego y terrazas en las laderas en Chocontá, Facatativa, Tocancipa y Tunja.


Caza y Pesca


Los muiscas obtenían y consumían carnes de curi, conejo, venado, peces y aves. La carne de venado era consumida únicamente por la aristocracia. La caza y la pesca eran actividades poco practicadas por los muiscas y no domesticaron animales.

Comercio


La abundancia de diferentes productos en determinados lugares, llevó a la necesidad de establecer las ferias o mercados, con el fin de facilitar el intercambio. Había frecuentes mercados públicos en lugares importantes como Bacatá, Zipaquirá, Tunja y Turmequé; estos se efectuaban cada cuatro días.
Este intercambio permite afirmar que entre los muiscas, el desarrollo tecnológico logrado y la efectividad del trabajo, produjeron un excedente, que era destinado en parte al almacenamiento para el pago de tributos o como reserva para épocas de crisis; la otra parte era utilizada para el trueque con otros grupos indígenas.
Los muiscas utilizaron discos de oro, especie de moneda de diferentes tamaños, peso y forma, lo que permite afirmar que no lo utilizaban como tal, sino como forma de conservación del oro.


Textileria


Esta industria fue de gran significado en los altiplanos fríos de Cundinamarca y Boyacá. El Cronista Fray Pedro Simón, refiere que los muiscas usaban mantas coloradas en señal de luto. Los indios de Lenguazaque las usaban de diversos colores y los cortesanos de Tunja muy ricas y decoradas; los sugamoxis envolvían los cadáveres de sus antepasados en mantas de algodón. En estas mantas pintaron una gran variedad de motivos geométricos, al parecer de carácter simbólico.
Gracias a las exploraciones realizadas por Eliécer Silva Celis, se sabe que las coberturas de las momias eran telas de algodón, mallas de fique y pieles de animales. La industria del tejido tenia para los indios una importancia extraordinaria; todos los acontecimientos de la vida los festejaban con regalos de mantas. Para decorarles usaban como colorantes numerosas plantas. También utilizaron los colorantes de origen mineral o especie de barro a base de tierras de colores.

Mineria


La posesión de la sal, permitió a este grupo indígena obtener una ventaja natural sobre las tribus circunvecinas; la extraían de las salinas de Zipaquirá, Nemocón, Sesquilé y Tausa. Tales minas constituían el tesoro del soberano muisca y su principal recurso fiscal. El reconocimiento del prestigio que las minas de sal representaban a la soberanía de los Chibchas, se descubre por el comercio con las demás tribus. Según los cronistas, en Barrancabermeja los españoles encontraron algunos panes de sal, por lo que comprendieron el sendero que debían seguir para encontrar el pueblo civilizado.
La compactación de la sal requería hasta cierto punto complicado, cuyos detalles han cambiado poco durante los últimos cuatro (4) siglos.
Los muiscas explotaron los yacimientos de esmeraldas existentes en Somondoco. Para extraerlas, removían la tierra con barras de madera resistentes y hacían correr agua con el fin de descubrir y recoger las piedras preciosas. La extracción se realizaba en época de lluvias.
Con las esmeraldas hacían intercambio comercial por lo que fueron conocidas y apreciadas por tribus lejanas.
Los muiscas utilizaron también el carbón de piedra, el cual era extraído de la región de Sogamoso; el cobre lo extraían de la zona de Gachalá y Moniquirá; en menor escala, el oro; la mayor parte de este era obtenido mediante el trueque con otras tribus.

GRUPO MUISCA


Ubicación Geográfica


El territorio de los muiscas abarcaba las cuencas y valles del río Bogotá hasta Ten; del río Negro hasta Quetame, el Guavio hasta Gachalá, de Garagoa hasta Somondoco, de Chicamocha hasta Soatá y del río Suárez hasta Vélez. No existe un acuerdo sobre cifras de población, pero los conquistadores son enfáticos en destacar la multitud de los indígenas.
Vista desde lo alto del cerro de Suba, la sabana de Bogotá presentaba una amplia zona pantanosa rodeada por una llanura cubierta de pastos y vegetación baja. En ella se destacaban numerosas aldeas: Suba, Tuna, Tibabuyes, Usaquén, Teusaquillo, Cota, Engativá, Funza, Fontibón, Techo, Bosa, Soacha y palacios compuestos por bohíos rodeados por dos o tres empalizadas concéntricas, semejantes a los alcázares árabes del sur de España.
Este "Valle de los Alcázares" que con las sierras nevadas de la Cordillera Central en el horizonte, dio pie para el nombre de Nuevo Reino de Granada, era en efecto el núcleo del cacicazgo de Bogotá. Las Sierras Nevadas de granada continúan en España la cadena sagrada para los grupos Chibchas
Con su sede de gobierno en Funza, este era el cacicazgo regional más extenso y poblado, no sólo del territorio Muisca sino de todo el norte de Sudamérica en aquel siglo. Sus gobernantes, los Zipas, lo habían conformado recientemente anexando los cacicazgos intermedios de Guatavita, Ubaque, Ubaté, Zipaquirá y Fusagasugá (Londoño, 1988).
Sin embargo, y por esa misma razón, Bogotá era a la vez el más inestable de los cuatro cacicazgos regionales en que se dividía en ese entonces el territorio de los muiscas. Así, aunque el cacique de Bogotá opuso resistencia a la conquista, muchos de sus sujetos prefirieron sacudirse su dominio aliándose a los europeos, como sucedió cuando Quesada salió por el valle del Teusacá hacia el norte